La forma ideal de consumir nuestros quesos es dejándolos reposar durante un día a temperatura ambiente una vez abierto el envase al vacío, así se consigue realzar los sabores y texturas que contiene.

Al guardar el queso en el refrigerador y volver a consumirlo, recomendamos sacarlo entre 30 y 60 minutos antes para atemperarlo. Es preferible mantenerlo dentro de su envoltorio para evitar que se seque.

Para realizar una buena conservación, recomendamos dejar el queso en frío entre 2 y 12ºC.

Si has comprado un queso tierno debes mantener la cadena del frío para que mantenga sus virtudes y no se estropee (especialmente en verano).

Para más información, puedes consultar nuestro post Cómo conservar el queso de oveja