como hacer cesta de navidad

 

La Navidad es uno de los mejores momentos del año para realizar un obsequio a alguien querido, ya sea familiar o amigo, o con quien nos une un compromiso laboral. Un buen gesto de agradecimiento que podemos personalizar si sabemos cómo hacer una cesta de Navidad completa y con productos de primera calidad.

Es una tarea muy sencilla y con la que quedaremos realmente bien sin gastar demasiado dinero, pero para conseguir un éxito rotundo es fundamental hacer una selección correcta de los productos que incluiremos en ella.

 

Qué debe contener una cesta de Navidad

Conocer los gustos de la persona a la que vamos a hacer nuestro regalo es una gran ayuda a la hora de concretar el contenido de la canasta navideña, pero si no los sabemos con exactitud, tampoco pasa nada.

Además es bastante probable que parte del surtido de la cesta también lo degusten otras personas de su familia o invitados que vayan de visita, por lo que lo más recomendable es que sea lo más heterogénea posible y que no falten productos típicos navideños como los siguientes: 

 

Quesos

Son los grandes triunfadores de las cestas navideñas independientemente de la edad, gustos o nivel de la persona a la que vaya dirigido el surtido. Un queso siempre está a la altura de cualquier ocasión y es un elemento clave de muchísimos platos, como acompañamiento o como pieza central.

Un queso manchego de oveja curado o un semicurado es un producto inimitable lleno de sabor y de matices aromáticos con el que disfrutar en cada bocado y al que no le hace falta más acompañamiento que una buena copa de vino tinto para tenerlo todo.

Además, dependiendo del tamaño de la cesta de Navidad o el presupuesto que queremos destinar para elaborarla, podemos escoger entre una cuña, un queso mediano o un queso grande, lo que hace que, además de un acierto seguro, sea una elección muy flexible.

Surtido de ibéricos

Los surtidos ibéricos son otro de los productos que no pueden faltar en ningún caso por su gran aceptación. Chorizo, salchichón o lomo embuchado dan a cualquier cesta una categoría superior. Y si deseamos incrementar todavía más el valor de la cesta navideña, una paletilla de jamón ibérico es lo ideal.

Latas y conservas gourmet

Hoy en día hay muchas marcas especializadas en conservas gourmet que cuentan con productos de muy alta calidad en formato lata, una manera distinta de degustar un aperitivo no perecedero con el que salir del paso ante visitas inesperadas o para disfrutar de un apetecible piscolabis.

Turrones de calidad suprema

Es el dulce por excelencia con el que relacionamos la Navidad y que siempre tenemos a mano durante estas fechas cuando viene alguien de visita a estar un rato charlando mientras tomamos un café.

En cuanto a las variedades podemos decantarnos por algunas más novedosas y originales, o por las clásicas de turrón de Alicante y de Jijona que siempre gustan y que, además, cuentan con Denominación de Origen y con ingredientes seleccionados, como las almendras marcona.

Otros dulces navideños

Si queremos salir de los turrones, siempre hay dulces alternativos perfectos para regalar, como son las trufas de chocolate, los mazapanes o los barquillos rellenos de turrón. En los últimos tiempos también triunfan otros postres más internacionales como los macarrones franceses o las cajas de bombones elaborados con chocolate belga.

Vinos y espumosos de la tierra

La reputación de los vinos españoles es de sobra conocida, por lo que una cesta de Navidad que contiene una botella de vino tinto y una de blanco es siempre un acierto. El cava catalán o la sidra asturiana son también opciones habituales que suelen encontrarse en una cesta navideña porque siempre los relacionamos con las celebraciones.

 

Cómo hacer una cesta de Navidad

Si los productos que incluimos en nuestro surtido navideño son clave para conquistar a los destinatarios más exigentes, aprender cómo hacer una cesta navideña también lo es.

No solo tiene que mostrar claramente todo lo que contiene, sino que debe hacerlo de forma atractiva para captar todas las miradas, es decir, ha de convertirse en un buen escaparate.

Estos son algunos de los trucos para no fallar:

Elegir el tamaño adecuado según el contenido

La cantidad y el volumen de los productos que incluimos en nuestra cesta navideña tiene que ir en consonancia con su envoltorio o embalaje.

Si la cesta es demasiado grande, va a dar la sensación de que faltan productos para rellenar la cesta, haciendo que se vea una cesta pobre. Pero si hacemos exactamente lo contrario, utilizar una cesta demasiado pequeña, estará todo amontonado, y quedará poco elegante, corriendo el peligro de que se acabe desmoronando.

Disponer los productos de forma visible

Es imprescindible que cada uno de los productos pueda verse externamente de un simple vistazo. Daremos prioridad y situaremos en la zona central de la cesta aquellos que tengan mayor categoría y presencia, como es el queso, alrededor del cual situaremos el resto de los artículos.

Tener especial cuidado con los productos delicados

Especialmente si incluimos botellas o botes de vidrio que pueden romperse fácilmente de un golpe. Por eso no los situaremos en los extremos y, si es necesario, los protegeremos colocándolos dentro de cajas de cartón diseñadas para ello, con porexpán o con virutas de papel o madera para el relleno.

Optar por la originalidad

Marcar la diferencia suele ser sinónimo de éxito. Podemos fijarnos en algunas ideas para hacer cestas de Navidad que darán un toque especial al contenido y dejar de lado la tan manida cesta de mimbre que acaba a las pocas semanas en el contenedor de la basura.

Una buena alternativa son los embalajes a los que podemos dar una segunda vida como elementos decorativos, como las cestas carretillas de madera que sirven también de macetero o los cubos y palanganas metálicos para almacenaje.

 

Seguro que entre todas estas sugerencias de cómo hacer una cesta de Navidad encontrarás la opción que necesitas llena de estilo, buen gusto y con una combinación de productos insuperable.