Parque Nacional de las Tablas de DaimielEl Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es un espacio natural único en España y prácticamente a nivel mundial. En él podemos encontrar un humedal que es el último exponente de las tablas fluviales, antiguamente muy característico de la llanura central de la península ibérica.

El origen de este inigualable paraje tiene lugar por acción de los desbordamientos de los ríos Guadiana y Gigüela en su confluencia, así como por la descarga de aguas subterráneas del acuífero “Mancha Occidental”.

En este artículo te explicamos qué puedes ver en las Tablas de Daimiel según la época del año, proponiéndote rutas y mostrándote qué más puedes ver en los alrededores. ¡Sigue leyendo!

¿Qué ver en las Tablas de Daimiel según la época del año?

A lo largo del año, el parque atraviesa transformaciones estacionales que influyen en el paisaje, la fauna y la flora disponibles para la observación. Desde las aves migratorias hasta la singular vegetación acuática, cada temporada despliega un espectáculo natural único.

Primavera:

La primavera es quizás la época más vibrante en las Tablas de Daimiel. Con el inicio del aumento de las temperaturas, el parque cobra vida:

  • Aves Migratorias: Es la temporada de cría para muchas especies, lo que la convierte en un periodo ideal para observar aves como el flamenco, la avoceta, o el chorlitejo chico, que llegan en busca de las condiciones perfectas para anidar.
  • Floración: Las orillas de las lagunas se adornan con un mosaico único de colores, gracias a la floración de especies como el lirio amarillo y la masiega.

Verano:

La llegada de altas temperaturas ocasiona que la mayoría de aves migratorias ya se hayan marchado, pero la vida en el Parque Nacional de Tablas de Daimiel no se detiene. Puedes aprovechar para observar especies residentes como el somormujo blanco y la focha común.

Además, en verano la vegetación acuática, como los carrizos y eneas, alcanzan su máximo desarrollo, ofreciendo refugio y alimento a la fauna del parque.

Otoño:

El otoño marca el inicio de un verdadero espectáculo migratorio: Es la época en que aves como las grullas y diversas especies de ánades hacen su aparición, aprovechando el clima más templado y las aguas abundantes para descansar en su ruta migratoria.

La vegetación empieza a cambiar de color, ofreciendo estampas otoñales de gran belleza, con tonos dorados y rojizos predominando en el paisaje.

Invierno:

El invierno es sinónimo de tranquilidad en las Tablas de Daimiel. Es la temporada ideal para observar a las aves que eligen el parque como su refugio invernal, incluyendo especies como el ánsar común y la garza real.

En esta época, la reducción de visitantes y la quietud del agua crean una atmósfera de paz, perfecta para la reflexión y la fotografía de paisajes.

Además, la niebla en invierno le da un toque mágico al paraje, lo que hace que Daimiel sea considerado un “pueblo de brujas”. En este sentido, cada mes de Noviembre se celebran unas jornadas en las que se realizan todo tipo de actividades en torno a las brujas, como representaciones teatrales, cenas temáticas, rutas, ponencias y talleres.

Rutas por las Tablas de Daimiel

Dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, los visitantes pueden sumergirse completamente en la belleza natural del lugar a través de diversas rutas y senderos cuidadosamente diseñados. Estos recorridos permiten explorar la riqueza del parque, incluidas sus famosas islas conectadas por una red de puentes y pasarelas de madera, que ofrecen una experiencia única de conexión con el ecosistema del humedal.

Además, los alrededores del parque albergan atractivos culturales y naturales que complementan la visita.

Rutas dentro del parque

¿Qué itinerarios puedes hacer en las Tablas de Daimiel? Te recomendamos dos:

Ruta de la Isla de Pan

Este es uno de los senderos más emblemáticos del parque. Con una longitud aproximada de 1,5 km, esta ruta circular lleva a los visitantes a través de una serie de islas conectadas por puentes y pasarelas de madera. Durante el recorrido, se pueden observar las lagunas permanentes, la rica biodiversidad y, con suerte, avistar algunas de las aves acuáticas más características del parque.

Ruta del camino de los Molinos

Esta ruta de unos 2 km sigue el cauce antiguo del río y conecta con varios molinos históricos, algunos de los cuales han sido restaurados. A lo largo de este camino, los visitantes pueden disfrutar de la flora y fauna típicas de la zona, así como de magníficas vistas del humedal.

Islas y pasarelas

Las islas dentro del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel están conectadas por pasarelas de madera, lo que permite a los visitantes adentrarse en el corazón del humedal sin perturbar el delicado ecosistema. Estas estructuras son fundamentales para la conservación del parque, ya que facilitan el acceso a áreas que de otro modo serían inaccesibles, ofreciendo al mismo tiempo espectaculares vistas panorámicas del entorno natural.

Alrededores del Parque

Si quieres complementar tu visita a la zona, puedes visitar lo siguiente:

  • Ciudad Real: A menos de 40 minutos en coche se encuentra Ciudad Real, que ofrece una interesante mezcla de cultura, historia y gastronomía. No te pierdas la Catedral de Santa María del Prado, un ejemplo impresionante de arquitectura gótica.
  • Almagro: Este pueblo, famoso por su Corral de Comedias, se conserva intacto desde el siglo XVII. Es una visita obligada para los amantes de la historia y la arquitectura.
  • Volcán de Cerro Gordo: Para los aficionados a la geología y la naturaleza, el Parque Natural del Volcán de Cerro Gordo, cerca de Granátula de Calatrava, proporciona una oportunidad única de explorar un paisaje volcánico.
  • La Motilla del Azuer: A 10 minutos de Daimiel te recomendamos visitar La Motilla del Azuer, un yacimiento prehistórico de la Edad de Bronce que fue declarado bien de interés cultural en 2013. Se trata de un espacio fortificado formado por una torre central, 3 líneas concéntricas de murallas que la rodean y un espectacular pozo.

 

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel ofrece una ventana única a la riqueza natural de los humedales españoles, un cuadro vivo de colores, sonidos y vida que cambia según la época del año.

La visita a este enclave no solo es una oportunidad para reconectar con la naturaleza, sino también para entender la importancia de su conservación para las futuras generaciones.