queso embarazo

 

Son muchas las recomendaciones que se dan a las mujeres en periodo de gestación, especialmente en lo que respecta a la alimentación y los productos que deben incorporar o dejar de lado en su dieta, cuestionándose incluso la ingesta de queso durante el embarazo.

Para algunas mujeres embarazadas, privarse del queso durante 9 meses puede ser casi una penitencia, pero no todo está perdido, ya que sí que hay algunas variedades de queso para embarazadas totalmente compatibles con su estado para satisfacer cualquier antojo quesero.

 

Por qué se dice que el queso y el embarazo no son compatibles

Las informaciones que se dan sobre la relación de queso y embarazo pueden resultar bastante contradictorias, a la vez que muy alarmantes. Seguro que en más de una ocasión hemos leído o escuchado que consumirlo puede afectar directamente al feto, llegando incluso a provocar el aborto.

Con esta afirmación es normal que muchas mujeres embarazadas sientan miedo y decidan eliminar drásticamente el queso de su cocina, así que la cuestión que nos planteamos es: ¿qué hay de cierto en esto?

La realidad es que hay una lista de alimentos a los que se les atribuyen propiedades abortivas, entre ellos el queso, pero no todos los quesos, sino únicamente los que no están pasteurizados, al igual que otros productos lácteos sin pasteurizar.

Y es que los quesos que no pasan por un proceso de pasteurización de la leche pueden contener bacterias y, con el consumo humano, pasar al organismo y producir listeria, una infección alimentaria que puede ser muy grave en las mujeres embarazadas afectando a la evolución del embarazo.

 

Qué quesos debes evitar en el embarazo

Está claro entonces que los quesos sin pasteurizar no son nada recomendables para las mujeres embarazadas por su relación con la listeriosis, una infección que actúa especialmente durante el último trimestre de gestación.

En este grupo encontraríamos, por ejemplo, algunas tipologías de queso como la mozzarella, el queso tipo Burgos o cualquier otro queso fresco elaborado a partir de leche no pasteurizada.

La forma de matar la bacteria es con la pasteurización y el sometimiento de la leche a altas temperaturas, pero aun así no todos los quesos pasteurizados pasan el corte frente a la listeria.

En el embarazo hay otros quesos prohibidos que aunque estén pasteurizados, por sus características en cuanto a la humedad que contienen, con un porcentaje muy superior al de otras variedades de quesos, también son más propensos a que crezcan en ellos bacterias como la listeria.

Hablamos en concreto de los quesos azules como el roquefort, el queso azul, el cabrales o el gorgonzola, que presentan pequeñas vetas de color azul.

También se incluiría en esta lista de quesos vetados los quesos suaves y mohosos de tipo cremoso como el camembert o el queso brie.

Por tanto, los quesos húmedos o muy húmedos, que son los que tienen un porcentaje mínimo de humedad en torno al 46 % en adelante son proclives a generar moho y, por tanto, a causar toxiinfecciones alimentarias que pongan en riesgo el normal curso del embarazo.

 

Qué queso se puede comer en el embarazo

Si los quesos no pasteurizados o con alto grado de humedad no son nada recomendables para las mujeres embarazadas por las razones anteriormente indicadas, en el otro lado de la balanza se situaron los quesos cuya leche está pasteurizada y no tengan mucha humedad.

Este tipo de quesos sí estarían permitidos por el hecho de que hay menos probabilidades de que contengan listeria, puesto que la humedad es la que propicia el nacimiento de las bacterias nocivas para la salud.

De este modo, los quesos blandos como el requesón, la cuajada, el mascarpone o el queso crema se pueden comer en el embarazo con total seguridad.

Otros de los quesos catalogados como seguros serían los quesos duros elaborados con leche pasteurizada de vaca como el gouda, cheddar, emmental, parmesano o gruyere, por ejemplo.

Igualmente los quesos ligeramente curados serán la opción más recomendable para evitar en todo lo posible que en el queso crezcan hongos y bacterias que puedan causar problemas serios durante el embarazo.

 

Beneficios del queso para el embarazo

Resueltas las dudas, está claro que se puede comer queso en el embarazo, y de hecho, siempre y cuando el queso que se consuma sea uno de los recomendados, no solo no será perjudicial, sino que además será muy beneficioso tanto para la madre como para el bebé.

Las ventajas de consumir queso en el embarazo se pueden resumir en estos puntos:

  • Es rico en zinc,un mineral que favorece el crecimiento normal del bebé y el desarrollo de su cerebro, ayudando a la vez al sistema inmune y a hacer frente a las infecciones.
  • Aporta calcio, esencial para mantener sanos los huesos, especialmente en el último trimestre de gestación, que es cuando se forma el esqueleto del bebé.
  • Contiene fósforo, que junto al calcio, es el encargado de la formación de los huesos y más delante de los dientes del niño.
  • Es una buena fuente de vitamina A o retinol, como se conoce a esta vitamina tan importante para el sistema inmunitario y para la vista, y que en las mujeres embarazadas también es un nutriente esencial para el cuidado de los dientes, la piel y las uñas.

 

Quesos para embarazadas

Disfrutar de todos los beneficios que aporta el queso a las mujeres embarazadas es tan fácil como decantarse por uno que cumpla todas sus necesidades y que esté elaborado cuidadosamente a partir de leche pasteurizada.

Esos requisitos los cumplen las variedades de quesos de oveja Zacatena como el queso de oveja semicurado, ideal para toda la familia por su inconfundible sabor, suave y persistente, o el queso de oveja tierno, elaborado exclusivamente con leche de oveja pasteurizada.

 

Eligiendo bien de entre todas las opciones y comprobando en la etiqueta sus características de humedad y que está hecho con leche pasteurizada, comer queso durante el embarazo es una fantástica forma de cuidar la salud de la madre y del bebé que está en camino.