turofobia miedo al quesoSomos muchos los que disfrutamos del queso: hay quien prefiere los curados, otros se decantan por quesos más suaves… y también existen las personas que no pueden verlo ni olerlo. No nos referimos a quien no le gusta el queso o sufre algún tipo de intolerancia alimentaria, si no a miedo irracional al queso.

Puede parecer raro, pero en la actualidad se conocen más de 500 fobias. Entre el 10% y el 15% de la población sufre una fobia, algunas muy comunes (como el miedo a la sangre, a volar o a los espacios pequeños) y otras menos habituales, como es sin duda el miedo al queso o turofobia.

En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la turofobia: cuáles son sus síntomas, por qué ocurre y cómo es posible llegar a superar el miedo al queso. ¡Sigue leyendo!

¿Por qué se le llama turofobia?

La palabra turofobia tiene su origen etimológico en los vocablos griegos τυρί (queso) y phobos (temor o miedo).

¿Cuáles son los síntomas de la turofobia?

La turofobia puede manifestarse en las personas de distintas maneras. Quienes la padecen, no tienen ni siquiera que probar el queso para sentir los síntomas: únicamente con verlo u olerlo pueden experimentar malestar intenso, crisis de ansiedad, ataques de pánico, mareos, náuseas o un incremento del ritmo cardíaco.

El miedo al queso puede complicar bastante la vida de quien lo padece, ya que se trata de un alimento muy consumido socialmente. Por tanto, si organizas cualquier comida o evento y va a acudir algún amigo o familiar turofóbico, es importante que guardes bien todos los quesos y que ventiles bien para evitar que a la persona pueda llegar a sufrir alguno de los síntomas indicados anteriormente.

¿Por qué ese miedo al queso?

Las 2 causas más habituales de la turofobia son el condicionamiento y el trastorno de ansiedad. El condicionamiento tiene lugar a raíz de una experiencia traumática con el queso, generalmente producida en la infancia (como por ejemplo, un atragantamiento).

Por otro lado, un trastorno de ansiedad también puede desembocar en turofobia, ya que si no es tratado a tiempo hace que los miedos vayan aumentando paulatinamente.

¿Cómo superar la fobia al queso?

Los tratamientos enfocados a superar la turofobia no tienen por objetivo que la persona acepte o desee comer queso, si no evitar que se desarrollen otros trastornos emocionales relacionados.

La herramienta más efectiva contra la turofobia, así como con cualquier tipo de fobia, es la terapia psicológica. Una de las terapias más utilizadas en estos casos es la cognitivo-conductual, que se centra en ayudar a la persona en distinguir los pensamientos distorsionados que se generan alrededor del queso, con el objetivo de tomar conciencia de que no supone ningún peligro para posteriormente empezar a cambiar su conducta.

En definitiva, lo que busca este tipo de terapia es que la persona pueda llegar a tolerar la existencia del queso y a convivir con él.