queso en aceite

No resulta extraño encontrar cuñas de queso en aceite en los mostradores de muchos bares tradicionales donde se sirven a menudo almuerzos y comidas populares. Esto ocurre porque el aceite, en especial el de oliva, le aporta sabor y untuosidad, pero además es una excelente forma de conservar el queso.

Al parecer Cristóbal Colón ya empleaba este método en sus viajes para poder disfrutar en las mejores condiciones de este manjar y degustarlo con todo su sabor en alta mar.

 

Cómo conservar el queso en aceite

Si tú también quieres probar esta técnica, verás lo fácil y práctica que resulta siguiendo estos pasos:

 

  1. Escoge un recipiente para guardar el queso en aceite

En este primer punto es fundamental elegir correctamente el material del recipiente, ya sea un tarro, una vasija u otro envase de un tamaño apropiado al contenido. Por lo general se recomienda el vidrio o el barro, ya que no alteran el sabor ni el aroma del queso, haciendo que sus cualidades se conserven intactas por más tiempo.

Es mejor, además, si el recipiente tiene un cierre hermético para que no se salga el aceite y tampoco pueda contaminarse con nada del exterior.

 

  1. Corta el queso en tacos de forma uniforme

Aunque el queso también se puede cortar en cuñas, lo más habitual es hacerlo en cuadrados o tacos porque de este modo es más fácil introducir las piezas dentro del tarro sin que se rompan, pero si lo prefieres en cuñas, puedes hacerlo igualmente.

Trataremos de cortar todos los trozos de forma uniforme para que penetre el aceite en ellos por igual, y con un tamaño idóneo para poder servirlos directamente como aperitivo. Puedes usar el diámetro de una moneda de un euro como referencia de tamaño para hacer tus taquitos de queso.

 

  1. Añade el aceite de oliva hasta cubrir todo el queso

Procura que la cantidad de aceite sea más que suficiente para tapar por completo el queso y todos los tacos queden sumergidos en él.

De este modo evitarás cualquier contacto del queso con el aire, permitiendo a su vez que se conserve mejor y no se estropee.

 

  1. Deja reposar la mezcla al menos dos meses

Ese es el tiempo mínimo para que el queso adquiera su punto álgido de sabor y textura.

A partir de esta fecha, el queso se puede consumir en cualquier momento, sin necesidad de hacerlo inmediatamente y pudiendo degustar solo unas porciones, dejando que el resto siga conservándose en el aceite hasta que las vayamos a consumir.

 

Otros factores a tener en cuenta

Antes de ponerte manos a la obra a conservar queso en aceite, es conveniente que tengas en cuenta algunas consideraciones que te ayudarán a que el resultado sea el esperado:

  • Para que el queso en aceite se conserve bien, guarda el recipiente en un lugar fresco y seco donde la temperatura no sobrepase los 20 °C. Un buen espacio puede ser la despensa o un armario de la cocina que no esté cerca de fuentes de calor como el horno o los fuegos. Recuerda que si el queso lo guardas sin aceite, entonces deberías conservarlo en la nevera a unos 5 °C.
  • Si quieres darle un toque especial para intensificar el sabor del queso o hacerlo más particular, una excelente forma es añadiendo hierbas aromáticas o especias. Según el tipo de queso funcionará mejor una u otra opción. Por ejemplo, con los quesos de cabra combina mejor el romero, el tomillo o el orégano; con los de oveja es preferible añadir un elemento picante como guindilla o pimienta en grano e incluso una hoja de laurel o un diente de ajo y para los quesos de vaca, de sabor más suave que los quesos anteriores, la trufa es un aromatizante excelente.
  • Aunque existen otras grasas en las que podemos sumergir el queso, como la manteca de cerdo u otros tipos de aceite, sin duda el más saludable es el queso en aceite de oliva virgen extra por las magníficas cualidades que aporta a nuestro organismo, ya que es una fantástica fuente de antioxidantes y vitaminas, como la vitamina E, que actúa protegiendo las células frente a los radicales libres. Además el aceite de oliva permite que las propiedades del queso, como el sabor, la textura o los nutrientes que contiene, permanezcan inalterables por un largo periodo de tiempo.

 

¿Podemos conservar en aceite todo tipo de quesos?

Este método clásico de cómo conservar el queso no es válido para todo tipo de quesos, sino que hay unos que sí lo admiten por sus características y otros que no.

Lo habitual es utilizar quesos con cierto grado de maduración, como el queso de oveja curado o semicurado, ya que mientras el queso está sumergido en el aceite de oliva, sigue curándose y haciendo que su sabor se vaya intensificando con el tiempo y adquiriendo mayor carácter.

Si está elaborado con leche cruda y no pasteurizada, mejor todavía porque en su interior tendrá pequeños agujeros, conocidos popularmente como “ojos de perdiz”, que filtran el aceite, haciendo que se empape íntegramente.

Por el contrario, un queso elaborado con leche procesada carece de esos ojos, y será más difícil que el aceite pueda impregnarse bien.

Los quesos frescos quedarían totalmente excluidos de esta forma de conservación porque el suero que contienen en contacto con el aceite reaccionaría formándose una capa un tanto desagradable.

Si aun así queremos conservar queso fresco en aceite de oliva, es imprescindible que lo dejemos escurrir previamente durante varias horas para que vaya perdiendo la humedad y secarlo bien antes de introducirlo en el recipiente con el aceite.

 

El queso en aceite no solo resulta un bocado delicioso, sino que es una forma muy saludable de conservar el queso de un modo sencillo y práctico y de tener siempre a mano este manjar para picar en cualquier momento.