Queso manchego frito

Esta receta del queso manchego frito te permite disfrutar de uno de los productos más icónicos de Castilla-La Mancha de una forma tan original como irresistible. Descubre cómo prepararla siguiendo nuestras recomendaciones.

Ingredientes

  • 300 gramos de queso manchego curado
  • 90 gramos de pan rallado
  • 90 gramos de harina de trigo
  • 1 huevo grande
  • 150 mililitros de aceite de oliva virgen extra
  • 4 gramos de sal
  • 13 gramos de albahaca
  • Mermelada (para acompañar)
  • Tomates cherry (para decorar)
  • Lechuga (para decorar)

Dificultad: fácil

Tiempo: 25 minutos

Raciones: 4 personas

Preparación del queso manchego frito

Pasos previos a la fritura

Corta una cuña de queso manchego y quítale la corteza. Divide el pedazo en triángulos con un grosor aproximado de 1 cm.

Echa el huevo en un bol, añádele la sal y bátelo con la ayuda de un tenedor hasta que la clara y la yema se integren por completo. En otros dos cuencos, debes poner la harina y el pan rallado mezclado con un poco de albahaca.

Reboza el queso

Pasa los triángulos de queso manchego por cada uno de los boles siguiendo este orden: harina, huevo y, por último, pan rallado. Si los quieres aún más crujientes, repite nuevamente este ciclo. Una vez hecho esto, te recomendamos cubrirlos con papel film y meterlos en la nevera por 30 minutos.

Fríe el queso

Vierte el aceite de oliva en una sartén grande (lo ideal es que este cubra al menos la mitad del grosor del queso). Ponlo a calentar a fuego medio-fuerte y échale una miguita de pan; cuando esta empiece a moverse será el momento de añadir el queso.

Pon dos triángulos de queso rebozado en la sartén y fríelos por ambas caras hasta que se doren (unos 30 segundos por cada lado deberían bastar). Una vez que queden bien doraditos, saca los trozos de queso de la sartén y ponlos sobre un papel absorbente para que suelten el exceso de aceite. Deja que se templen a temperatura ambiente.

Sirve el queso manchego frito

Pon unas cuantas hojas de lechuga sobre una fuente amplia y deposita en ella los triángulos de queso frito como si fueran los pétalos de una flor. Coloca un cuenco con mermelada en el centro y añade unos tomatitos cherri. Aunque esto ya es cuestión de gustos, las mermeladas que mejor combinan con esta receta son las de frutos rojos, higo, tomate y pimiento.

Lo ideal es consumir el queso manchego frito recién hecho. No obstante, puedes conservarlo en la nevera hasta un máximo de 3 días, pudiendo recalentarlo en el horno o en el microondas.